“…el
día de la firma del acuerdo final se dio un debate serio y duro con la mesa de
negociación, en especial con la delegación del Gobierno Nacional que, ese 24 de
agosto, se negaba a que apareciera un documento sólido sobre los pueblos
étnicos en el documento final. A razón de eso, la FARC intervino recordando que
había hecho un compromiso con las comunidades étnicas y que su palabra la iban
a respetar…”
20
Mar 2017
Por:
Aiden Salgado Cassiani*
El
24 de septiembre de 2016 desde La Habana (Cuba) se daba a conocer al país y al
mundo que se había finalizado una discusión de un poco más de 5 años entre el
Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP y que se tenía un texto de 297
páginas. En la página 180, con el numeral 6.1.12, se incorporaba el capítulo
étnico. En ese momento todos aplaudimos, en especial los que nos dedicamos al
trabajo con grupos étnicos, porque este capítulo reconoce que los pueblos
étnicos han contribuido a la construcción de una paz estable y duradera, al
progreso y desarrollo económico y social del país. Igualmente, contempla la
participación de los pueblos étnicos en la implementación de los acuerdos con
el fin de proteger sus derechos y avanzar en mejorar sus condiciones de vida.
Hecho
público el acuerdo en su totalidad y conocido el aparte étnico, llegaron
felicitaciones de diferentes partes del mundo, de organizaciones, de
instituciones y personalidades, a los pueblos étnicos de Colombia que siempre
estuvieron allí, perseverando hasta el último día de la firma para que sus
reclamos fueran incluidos en el texto final. Poco se sabe del trabajo arduo que
se adelantó desde las organizaciones y las personas involucradas para
conseguirlo… no solo se trató de un sector, de los que estuvieron en todo el
proceso, sino de las personas y sus organizaciones que abogaron por la
inclusión de los grupos étnicos. Y, no solo en la coyuntura de la discusión de
La Habana, sino desde mucho antes, cuando muy pocos en el país le apostaban a una
mesa de conversación entre el gobierno y las FARC.
Ya
en 2011, en Barrancabermeja, Magdalena Medio, del 12 al 15 de agosto de ese
año, se realizó el “Encuentro nacional de comunidades campesinas,
afrodescendientes e indígenas por la tierra y la paz de Colombia”, en el cual
participamos miembros de lo que es hoy la Coordinación Nacional de
Organizaciones y Comunidades Afrodescendientes (Conafro) y de la Coordinación
Nacional de pueblos Indígenas (CONPI). En la Universidad Distrital de Bogotá,
los días 21 y 22 de mayo 2013, el Colectivo de Estudiantes Universitario
Afrocolombiano (CEUNA) -hoy perteneciente a la Conafro) organizó el Foro
“Afrocolombianidad y Proceso de Paz”. En esos mismos días, el CEUNA dedicaba su
versión número 5 de su periódico La Uramba al proceso de paz de La Habana y a
las comunidades afrocolombianas. En el mes de mayo de 2015 –con motivo del Día
de la Afrocolombianidad- el equipo del Decenio Afro, Poder Negro, Conafro y
otros procesos organizativos realizamos el evento “Movimiento social
afrocolombiano y el decenio de las y los afrodescendientes”. Allí se produjo
una declaración de apoyo al proceso de paz de La Habana y la se pidió la
inclusión del pueblo afrocolombiano. Este evento tuvo participantes de siete
países de América, miembros de la Articulación Regional de Afrodescendientes de
las Américas y El Caribe.
A
nivel internacional, en los diferentes eventos donde participamos en
representación de Colombia logramos que cada declaración tuviera un
reconocimiento y apoyo de la negociación de La Habana con la inclusión de
pueblos étnicos: en Caracas, en 2011, en el IV Encuentro Internacional de
Afrodescendientes y Transformaciones Revolucionarias; en La Habana la reunión
de la Articulación Regional Afrodescendiente de América y El Caribe (ARAAC),
celebrada en septiembre de 2012; el 16 de junio de 2013 la revista ALAI dedicó
su edición al tema afrodescendiente y allí publicamos un artículo titulado
Dimensión de la afrocolombianidad en coyuntura de paz; en 2015, en Montevideo-
Uruguay, se realizó el II foro por la paz de Colombia, allí con la organización
Mundo Afro de Uruguay participamos en un panel sobre la importancia de la
inclusión afro en el proceso de paz colombiano, y también en Francia, en 2016,
cuando en París se celebró en abril el III festival por la paz de Colombia
donde participamos presentando nuestra posición frente a la necesidad de la paz
con inclusión de los grupos étnicos.
Representantes Coordinación Étnica Nacional De Paz CENPAZ
Todo
el recuento anterior es para explicar que antes y desde que inicio del proceso
de paz de La Habana los pueblos afro e indígenas estuvimos metidos de cabeza en
lograr el objetivo de la participación de los pueblos étnicos en los diálogos.
Ya con la mesa de diálogo instalada y con más de 4 de años de funcionamiento,
empezamos a tener injerencia directa y pública, junto a otros procesos afros e
indígenas.
La
primera reunión fue el 28 de febrero de 2016 y en ella participó el CONPA
[conformado por Foro Interétnico Solidaridad Chocó –FISCH-, Asociación de
Afrocolombianos Desplazados –AFRODES-, Proceso de Comunidades negras –PCN-,
Autoridad Nacional Afrocolombiana –ANAFRO-, Consejo Laboral Afrocolombiano
–CLAF-, Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas –CNOA-, Pastoral
Afrocolombiana Diócesis de Quibdó, Red de Mujeres Afrocolombianas Kambiri] que
junto a la Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC- y Gobierno Mayor
constituyen hoy la Comisión Étnica de Paz. De nuestra parte, estaba la
Coordinación Étnica Nacional de Paz –CENPAZ-, conformada por la Coordinación
Nacional de Organizaciones y comunidades afrodescendientes –CONAFRO-, la
Coordinación Nacional de Pueblos Indígenas –CONPI-, Asociación de Pequeños y
Medianos Mineros del Chocó –ASOMICHOCO-, Comunidades Construyendo Paz en el
Territorio –CONPAZ-, Poder Ciudadano y la Federación de mineros del Chocó
–Fedemichoco-. En este primer encuentro no pudimos llegar a un acuerdo para
presentarle propuestas unificadas a la mesa y quedamos en reunirnos en
Colombia, lo que la Comisión Étnica de Paz desechó.
Después
nos encontramos en la audiencia de paz dirigida a los grupos étnicos. Allí
estuvieron la Comisión Étnica de Paz, CENPAZ, Chao Racismo, y Poder Ciudadano.
En esta audiencia cada plataforma presentó sus propuestas por separado y
nuevamente después de la audiencia quedamos en reunirnos en Colombia, pero otra
vez la Comisión Étnica de Paz canceló la reunión.
En
cada encuentro en La Habana, cada organización o proceso llevó propuestas desde
el primer día. De nuestra parte [CENPAZ], desde la primera reunión de febrero
compartimos un primer documento sobre la negociación y más adelante en la
audiencia nuevamente entregamos los documentos. Ya en la última visita los
compañeros de Comisión Étnica de Paz habían radicado un documento muy bien
elaborado que tenía insumos de múltiples propuestas, incluyendo las presentadas
en la audiencia por parte nuestra.
Con
el panorama anterior, el día de la firma del acuerdo final se dio un debate
serio y duro con la mesa de negociación, en especial con la delegación del
Gobierno Nacional que, ese 24 de agosto, se negaba a que apareciera un
documento sólido sobre los pueblos étnicos en el documento final. A razón de
eso, la FARC intervino recordando que había hecho un compromiso con las
comunidades étnicas y que su palabra la iban a respetar, por lo cual dijeron
nos acogemos a lo que digan las comunidades; en ese momento se organizó una
comisión con el Gobierno, las FARC y delegados de los dos plataformas étnicas
que participaron de todo el proceso en la mesa. Y a escasos minutos del anuncio
del documento final es que se logró llegar a un acuerdo para consolidar un
documento final que contenía muchos otros detalles, pero que al final tiene
como resultado el capítulo étnico de los acuerdos.
La
anterior reseña del proceso trata de señalar que el capítulo étnico fue un
esfuerzo de mucha gente dentro y fuera de la mesa. De los que apoyaron con
artículos, con declaraciones, con pasajes y recursos económicos y,
principalmente, de las organizaciones que a lo largo de los años del proceso
siempre estuvieron allí perseverando por la inclusión de las comunidades
negras-afrocolombianas e indígenas en los acuerdos.
Hoy
la responsabilidad es la de hacer cumplir lo acordado en La Habana y en ese
sentido es razonable que las y los que estuvieron en todo ese debate hagan
parte por medio de sus delegados de la alta instancia que recoge el capítulo
étnico.
Hoy
necesitamos trabajar de la mano reconociendo los aportes de todos y todas para
materializar los acuerdos y que ello redunde en mejorar las condiciones de
vida, no de los dirigentes, sino de ese pueblo sufrido, con la claridad de que
los acuerdos se materializan en el territorio con sus comunidades, no bajo
organizaciones o estructuras burocráticas, que pueden pretender vivir de los
acuerdos.
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