¡Convocatoria el 18 de Marzo al Pueblo Negro, Indígena y Campesino de Colombia en selvas, campos y ciudades
A 404 años de la siembra del cimarron Benkos Biojo y la liberación de los pueblos en el Abya Yala.
“Cuando las leyes del hombre van en contra de las de la naturaleza no hay porque obedecerlas” Manuel Quintín Lame
El 18 de marzo de 2025, levantamos nuestras voces con fuerza para exigir un cambio profundo en la estructura que sigue oprimiendo a nuestros pueblos. Desde las selvas, campos y ciudades, llamamos a todos y todas a unirse en una movilización histórica para respaldar las reformas sociales necesarias que Colombia necesita, ¡ahora más que nunca!
La lucha es por nuestra autodeterminación, por justicia social y por el derecho al IE CHO, al Buen Vivir Sabroso con derechos para todas y todos!
El pueblo negro, indígena y campesino ha sido históricamente despojado de sus tierras, y amenazadas sus culturas, atentando contra su dignidad y desterrado por la violencia a las ciudades. Hoy, enfrentamos un sistema colonial que sigue usurpando nuestras tierras, que nos sigue sometiendo a un racismo estructural que niega nuestras identidades, nuestras cosmovisiones y nuestras luchas.
El 18 de marzo, decimos ¡Basta! Exigimos la devolución de nuestras tierras, el respeto a nuestros territorios y la garantía de un futuro libre de discriminación y violencia.
1. Nos movilizamos por la implementación integral del del Acuerdo de Paz y del Capítulo Étnico como una tarea histórica para evitar las violencias estructurales que ha sufrido el territorio, los pueblos y las organizaciones sociales en Colombia. Exigimos al Estado que cumpla sus compromisos y avancemos desde los territorios y con garantías para la vida en la construcción de vida digna con La Paz como principio.
2. En este marco, la reforma agraria revolucionaria es una necesidad urgente. No queremos más despojo ni expropiación, queremos tierras para cultivar la vida, la autonomía y el bienestar de nuestros pueblos. La tierra es nuestra raíz, nuestra identidad y nuestra soberanía. Solo con una reforma agraria que rompa las cadenas del latifundismo y la concentración de tierras, podremos asegurar una distribución justa que beneficie a quienes históricamente hemos sido despojados.
3. El empleo digno es una deuda histórica con nuestras comunidades. Rompamos las cadenas de la explotación laboral y el trabajo precario. Queremos un régimen de empleo digno que asegure los derechos laborales de nuestros pueblos, que promueva la justicia social y rompa con las estructuras coloniales que han sometido a la población trabajadora. Queremos empleos que garanticen el acceso a una vida digna y que fortalezcan nuestras economías locales, respetando siempre nuestra autonomía y nuestra cultura.
4. Enfrentamos también un sistema de salud excluyente y segregado que ha sido diseñado para no atender las necesidades de nuestros pueblos. La salud debe ser un derecho universal, no un privilegio. Luchamos por un sistema de salud para el buen vivir, que contemple las cosmovisiones y saberes ancestrales de nuestros pueblos, para garantizar un bienestar integral, y no solo una atención reactiva. La vida debe ser cuidada desde la raíz, respetando la diversidad de nuestros cuerpos y territorios.
5. La educación también es un campo de lucha crucial. El sistema educativo que nos ha impuesto el Estado sigue siendo una herramienta de reproducción del colonialismo, que margina nuestros saberes y nos somete a un estigma colonial. Necesitamos un sistema educativo que celebre nuestra diversidad cultural, que forme a nuestras juventudes en la defensa de sus derechos y en la reconstrucción de nuestras identidades.
*Hoy, las plataformas de la Coordinación Étnica Nacional de Paz (CENPAZ), la Coordinación Nacional de Pueblos Indígenas (CONPI), Coordinación Nacional de Comunidades y Organizaciones Afrocolombianas (CONAFRO), la Asociación de Comunidades Construyendo Paz en Colombia (CONPAZCOL), la Federación de Pequeños y Medianos Mineros del Chocó (FEDEMICHOCÓ), y la Instancia Espacial de Alto Nivel con Pueblos Étnicos (IEANPE) hacemos un llamado a toda la diversidad del pueblo colombiano:*
¡Este 18 de marzo marchamos juntos por el derecho a la autodeterminación de nuestros pueblos, por la justicia social, por la vida digna el Suma Kawsay, el IE CHO! Es hora de acabar con siglos de opresión y de construir un país justo y diverso, donde todos los pueblos, sin distinción, puedan vivir con dignidad, con autonomía y con respeto.
¡Marchamos por nuestras tierras, por nuestras vidas, por nuestros derechos!
¡Que viva la resistencia, que viva la autonomía, que viva la diversidad del pueblo colombiano!